Opciones terapéuticas para el manejo de la halitosis
Para reducir la halitosis, es importante realizar diariamente una buena higiene bucal. De hecho, aunque la halitosis tiene un origen multifactorial, la gran mayoría (90%) de los casos están relacionados con problemas de la cavidad bucal como mala higiene bucal, enfermedad periodontal, recubrimiento de la lengua, impacto de los alimentos, dentaduras postizas sucias, restauraciones defectuosas e infecciones de garganta [1].
El manejo de la halitosis incluye medidas simples como instrucciones para la higiene bucal, limpieza de la lengua y enjuague bucal.
Dada la variedad de opciones de tratamiento y la cantidad de sustancias que pueden ser útiles en el manejo de la halitosis, es útil revisar las opciones mecánicas, químicas y bioquímicas que pueden usarse, ya sea solas o en combinación.
Limpieza mecánica de la lengua
La lengua está poblada por un gran número de microorganismos [2]. Su limpieza debe incluirse en todos los enfoques terapéuticos que impliquen halitosis. De hecho, siempre que haya un recubrimiento grueso en la lengua, se debe retirar regularmente.
La limpieza de la lengua tiene un efecto positivo inmediato sobre la halitosis, ya que el número de bacterias se reduce superficialmente mientras que las papilas permanecen inalteradas [3]. Los tercios medios y traseros de la lengua en particular deben limpiarse de dos a tres veces al día con la ayuda de un limpiador de lengua especialmente diseñado (por ejemplo, el limpiador lingual GUM® HaliControl®) para limitar el malestar. La limpieza de la lengua siempre debe formar parte de cualquier tratamiento.
Desactivación química de bacterias que causan olores
El tratamiento de la halitosis no debe tener como objetivo eliminar todas las bacterias. Será suficiente con prevenir el metabolismo de las bacterias que causan olores.
Existe una amplia selección de productos para tratar la halitosis, aunque algunos son más apropiados que otros.
Los productos que contienen clorhexidina (CHX) no están indicados, dado que la erradicación de todas las bacterias no es un objetivo. El uso prolongado o excesivo de enjuagues bucales que contienen clorhexidina puede dañar la mucosa bucal, causar tinción de los dientes y la lengua y provocar alteraciones del gusto.
Los fluoruros de amina (AmF) y los enjuagues con fluoruro de zinc tienen un buen efecto antibacteriano, el AmF tensioactivo generalmente se absorbe bien en todas las superficies de la cavidad bucal, lo que hace que su acción esté bien distribuida por toda la cavidad bucal.
También se sabe que el cloruro de cetilpiridinio (CPC) y los aceites esenciales tienen un efecto antibacteriano muy bueno y, por lo tanto, reducen el mal aliento.
Inhibición enzimática bioquímica
El metabolismo bacteriano libera enzimas, incluidas las que degradan las proteínas y los aminoácidos. El zinc puede actuar para detener esta reacción enzimática combatiendo así el mal aliento.
Unión de sustancias que causan olores
Las sustancias que causan olores, como los compuestos sulfurados volátiles (CSVs), pueden unirse a la ciclodextrina, un oligosacárido cíclico, que actúa encerrando o neutralizando los CSV, lo que garantiza que ya no huelan. El zinc también puede ayudar a unir compuestos de azufre.
GUM HaliControl combina múltiples mecanismos de acción para combatir la halitosis
Los productos GUM HaliControl contienen CPC, aceites esenciales, zinc y ciclodextrina. Estas sustancias actúan en sincronía para neutralizar los compuestos de azufre volátiles, inhibir las reacciones enzimáticas, eliminar y bloquear las bacterias que causan el olor. Asimismo, proporcionan varios componentes aromáticos para producir un aliento fresco.
Sobre la marcha - tabletas GUM HaliControl - Un enfoque natural para la halitosis temporal
Cuando se trata de halitosis temporal, como la halitosis causada por alimentos, alcohol y tabaco, las tabletas GUM HaliControl con polifenoles activados a base de plantas pueden neutralizar los malos olores y dar tranquilidad a quienes padecen halitosis.
La superficie de las pastillas GUM HaliControl actúa para reducir el recubrimiento de la lengua, mientras que la acción de succión estimula la producción de saliva, "diluyendo" los componentes del olor y reduciendo el mal aliento.
[2] Tonzetich, Joseph. Producción y origen del malolor oral: revisión de mecanismos y métodos de análisis. Diario de periodoncia 48.1 (1977): 13-20.
[3] Bordas et. al. Archivos de biología oral 53, Suppl. 1 (2008) S13–S18.